Todo bien, menos los escalones
Esta es la fachada de un restaurante sevillano céntrico, con muy buena cocina, bien valorado y con un servicio atento y amable. Casi siempre hay gente esperando en la acera, pero no es accesible a personas con movilidad reducida por los dos escalones de 20 centímetros cada uno que dificultan la entrada de personas en silla de ruedas.
Se podría aducir que la oferta de la hostelería en la actualidad es enorme y que hay muchos establecimientos donde elegir y accesibles, pero a todo el mundo le gusta acudir a los sitios que son tendencia, que tienen una alta valoración en las redes y que tienen una buena relación calidad-precio.
En el caso que comentamos no es posible la solución del problema porque se quedarían sin espacio dentro y, además, tampoco es posible el recurso a una rampa portátil con un desnivel superior al 6%.

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